Momento presente


Acaricio mis entrañas, van brotando semillas con la timidez del que quiere cambiar sus impulsos. Mi abuela se está apagando y voy cocinando su ausencia. Me siento, medito, congelo mis acciones y existo. Pienso de aquí para allá y los romances me entretienen. Cuando tengo miedo me recuerdo que la incertidumbre es la vida en su máxima expresión y que el sufrimiento es producto del sueño que mi mente inventa. Recuerdos, personas, proyecciones se cruzan entre las letras e intento estar cada vez más presente aquí abajo, en mi cuerpo. La tortuga azul y verde me pide que sonría por dentro y lo repito como un mantra cuando despierto del letargo. También intento ser constante en el ejercicio de desinflar mi arrogancia, de comprender el ego y no dejar que me controle él a mi si no yo a él, como el tabaco. Ya oigo las voces de una distracción inminente y voy terminando. El eco aumenta, mi cerebro se obnubila y otro día ha pasado del tirón, por inercia. Mañana intentaré poner más atención en cada instante, en cada respiración.  

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